Ya hablé de cómo pueden verse las vacaciones con la incorporación de (o al menos el reconocimiento de) los padres biológicos y la inclusión de niños de crianza en las festividades de las familias de crianza. Pero todavía tenemos un año entero de otras fiestas y cumpleaños por delante. Entonces, pensé en tomarme un minuto y hablar sobre cómo son esos días para los niños en hogares de crianza.
Si bien las fiestas y los cumpleaños suelen ser alegres y llenos de diversión, pueden desencadenar un recuerdo de dolor, pérdida y separación en los niños con antecedentes traumáticos.
Estos eventos pueden traer recuerdos de eventos pasados y llevarlos por el camino de preguntarse cómo serían las cosas si estuvieran celebrando con su familia biológica, incluso para los niños que eran pequeños en el momento de la expulsión y no tienen recuerdos reales. El niño todavía podría fantasear sobre cómo habrían sido aquellos tiempos.
Y estos pensamientos y recuerdos pueden manifestarse y apoderarse del niño de varias maneras diferentes. Puede parecer ira o rabia total. Y este enojo podría deberse a cosas que realmente sucedieron (trauma, abuso o negligencia), o puede deberse a cosas que él cree DEBERÍAN o PODRÍAN haber sucedido... si tan solo hubiera podido permanecer con su familia biológica.
En algunos niños, los sentimientos que experimentan durante las vacaciones o los cumpleaños pueden parecer de profunda tristeza o depresión. Los recuerdos y fantasías sobre días festivos y cumpleaños versus lo que son ahora o pueden ser en el futuro son difíciles de procesar para un niño. Por eso, a menudo le queda un sentimiento de profunda pérdida.
Otros niños pueden estar manejándolo en silencio y procesando la situación internamente. Por fuera, pueden parecer felices y comprometidos; pero por dentro, la experiencia los está carcomiendo emocionalmente. Lo que me lleva a este pequeño recordatorio: si un niño de crianza no se siente visiblemente activado por los cumpleaños o las vacaciones en algún nivel, la mayoría de las veces está luchando por dentro.
Cada uno de estos eventos, a su manera y por sus propias razones, puede afectar el trauma que siempre está ahí, justo debajo de la superficie. Y son recordatorios de lo que fue y de lo que ya no es, al menos en la actualidad. Pueden hacer que el niño se dé cuenta de que no es necesariamente un elemento permanente en la situación de vida actual y que la permanencia tampoco puede provenir de sus padres biológicos. Y además de eso, es muy posible que dentro de un año un cumpleaños o un día festivo vuelvan a verse diferentes... con personas diferentes, una casa diferente y tradiciones diferentes.
¿Puedes siquiera hacer una pausa por un momento y comprender cómo te sentirías eso como adulto, y mucho menos cómo se sentiría si fueras un niño?
Dicho esto, sepa que cada uno de estos mecanismos de afrontamiento enumerados anteriormente ayuda al niño a afrontar la situación estresante; y son útiles para que los padres de crianza los consideren cuando se enfrenten a cualquiera (o todas) de estas respuestas de su hijo de crianza en un día que esperaba que fuera feliz.
Atentamente,
Kris